Esta es mi historia.

Inquieta, curiosa, mi cabeza es una olla a presión llena de ideas, conceptos, imágenes e historias que cocinan como un buen puchero, formando entre ellas deliciosas relaciones. El arte es ese ingrediente esencial que da sabor a cada proyecto que hago, y se ha convertido en una parte inseparable de mi, por ello decidí estudiar Bellas Artes. El color, la composición, la luz, para mi son esenciales a la hora de contar historias y transmitir emociones, convirtiéndose en el umami de mi universo. Por ello sigo formándome a través de cursos especializados e indagando sobre su poder en otras disciplinas, como el cine, el teatro o los videojuegos.

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Además, las nuevas tecnologías, me han permitido experimentar y aprender nuevos lenguajes de expresión y comunicación ampliando así mi espectro de trabajo y mi proceso creativo, desde el modelado 3D hasta la investigación de las IA.

En todas las diferentes profesiones que he ejercido, desde mozo de almacén, camarera, monitora de ocio y tiempo libre, restauradora de arte, asistente de marketing en un museo nacional, diseñadora gráfica, fotógrafa o ilustradora, una cosa me ha fascinado siempre y es conocer a la gente, empaparme de todo lo que hay a mi alrededor, encontrar lo extraordinario en la cotidianeidad del fluir de la vida, con sus claros, sus oscuros y sus tonos medios.

He aprendido que la belleza a veces se encuentra en sitios insospechados y lo especial puede estar sentado a tu lado en la parada del bus.